Conviviendo con mis “Dramas”

La medicina de la enfermedad

Estamos viviendo una situación que inicialmente percibimos ajena y todo aquello ajeno y lejano sentimos que no nos pertenece, pero de pronto llegó a nosotr@s y es ahí donde empezó el verdadero temor. 

Resalto el temor, porque las personas estamos acostumbradas a movernos por miedo, reaccionamos por miedo y es más, muchas veces nuestro impulso principal para actuar en la vida es el miedo.

Y la vida lo sabe, por esa encuentra maneras de este tipo para hacernos reaccionar. Hay cambios necesarios que a veces deben ser obligados.

Afortunadamente muchos mensajes de lo que podríamos aprender de esto ya se han transmitido: cuestionarnos los límites, fronteras y divisiones, el pensar sólo en un@ mism@, la discriminación, el consumismo y muchos más que nos están haciendo pensar.

Además de todos ellos, en estos días me he puesto a pensar en las diferentes emociones que cada uno de nosotros podría estar sintiendo o irá sintiendo con el transcurso del tiempo.

La ansiedad y la incertidumbre se auto invitarán o serán invitadas por el miedo a visitarnos durante cierto tiempo, es un trío que casi no se separa y juntos pueden derrumbarnos pero también pueden ayudarnos. ¿Contradictorio no?

Sí, lo es. Así como quizás no entendamos las formas en la que el mundo cae en la entropía para buscar su propia homeostasis, tampoco entendemos su forma de ayudarnos a entender que la entropía es necesaria para llegar al equilibrio en cada uno de nosotr@s. Quizás esta enfermedad podría ser nuestra medicina.

Es conocida esta frase que dice: “Como es arriba, es abajo; como es adentro, es afuera”, esto ya debería decirnos mucho ¿no?.

Entonces en este tiempo de regalo (y con esto no pretendo minimizar lo penoso y trágico de esta situación), miremos afuera  para luego mirarnos y veamos el reflejo de lo que está ocurriendo afuera en nosotr@s mism@s, mirémonos internamente, donde finalmente están todas las respuestas.

Dejemos de huir de nuestra entropía, ella siempre nos alcanza. Dejemos de tener miedo al dolor a corto plazo, cuando sólo estamos generándonos un sufrimiento mayor.

No podemos ver que atravesando el malestar y viviendo las diferentes facetas de la vida junto a las emociones y sentimientos que esto nos genera, seremos personas enriquecidas a nivel físico, mental y espiritual.

Espero que todo esto se deje entender no sólo a nivel individual, sino a nivel macro, y que nos invite a pensar no desde el miedo egoísta sino desde la empatía y solidaridad.

¡Les deseo un período de cuarentena enriquecedor!

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Hola soy Karina.
Soy licenciada en Psicología de la Pontificia Universidad Católica del Perú y estoy certificada como Experta en Psicología Positiva. Si tienes alguna consulta no dudes en ponerte en contacto conmigo.

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